Inmigrantes saturan atrio de la iglesia de la Soledad
Con una gran cantidad de casas de campaña colocadas en el piso del atrio de la iglesia de la Soledad, los indocumentados pasan los días en condiciones adversas.
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CUAUHTÉMOC, Ciudad de México.- Conforman un rústico e improvisado multifamiliar hecho con casas de campaña a las afueras de la iglesia de la Soledad, en la calle de Santa cruz, en las cercanías de la merced.
No se sabe con precisión cuando llegaron, pero este grupo lleva aproximadamente tres meses, esperando una cita para poder tramitar su estancia legal en Estados Unidos, y son familias completas que viven su propio drama, que los obligó a dejar su lugar de origen.
Jonathan y su esposa ocupan una de estas casas que al interior apenas tiene dos cobijas, dos mochilas que también son sus almohadas y un poco de pan y refresco que será el alimento del día. Por triste y adverso que sea su panorama, aseguran que es infinitamente mejor que el terror que vivieron al ver caer al precipicio a varios de sus compañeros de caravana en el Darién.
Te vas al abismo, te quedas sepultado en el lodo, o de repente te pica una culebra y te mueres.
Tomaron la difícil decisión de no traer a sus hijos
Él viaja con su esposa, quien lo apoya en los momentos difíciles, que llegan cuando extraña a sus hijos, a quien estuvieron que dejar por lo peligroso de este viaje y que a pesar de la pobreza en la que vivían en esta temporada, siempre había un regalito para ellos, que ahora no podrán tener.
“Soy sincera, tristeza obvio, pero preferí dejarlos allá porque imagínate unos niños en estas condiciones”.
Esa sabia decisión no pudieron tomarla decenas de padres de familia, quienes, además de sus bultos con las pocas pertenencias que le quedan, cargan con sus hijos, a quienes hay que cuidar prácticamente de todo en un ambiente que no es el que desearían para ellos
Al mismo tiempo, el padre de ese templo, junto con otras personas y organizaciones civiles, organizan jornadas de alimentación y asistencia para los indocumentados que en las últimas semanas han incrementado su número considerablemente. Pero qué gracias a lo que sólo puede llamarse milagros, pueden asistir a prácticamente todo el que llega en busca de alimento.
Escogieron sin saber uno de los lugares más complicados para vivir, porque independientemente del cobijo que puede dar el entorno de una iglesia, la zona es considerada como peligrosa por la disputa de grupos criminales en la zona que ejercen actividades ilícitas.
