VIDEO: Cristian lucha por su vida, tras ser quemado con gasolina por compañeros
Cristian Carranza será sometido a una cirugía para retirarle toda la piel quemada e infectada y tratar de injertarle nuevo tejido, luego de lo difícil que fue buscar atención médica.
TEXCOCO, ESTADO DE MÉXICO.-Texcoco, se turnan para cargar a Mickey, un ratón de peluche, que es el preferido de su hijo y se encuentra dentro del hospital Rubén Leñero recibiendo atención médica.
El caso de bullying extremo que llevó al hospital al estudiante de 18 años, se hizo viral por la crudeza de la agresión, y también por no recibir apoyo de las autoridades del plantel y de la Fiscalía del Estado de México. Además de lo que aseguran, fueron casos de negligencia al no atenderlo en varios hospitales.
Rubén es el padre de Cristian y fue quien convirtió su pequeño Chevy en una ambulancia para trasladarlo de un hospital privado, de donde lo sacó al término del monto de cobertura del seguro escolar.
Recuerda que fueron interminables los minutos para llegar al hospital de las Américas en Ecatepec, donde los atenderían solo unos segundos, ya que al no haber espacio para recibirlo de nueva cuenta, lo sacó en sus brazos y volvió a utilizar su ambulancia improvisada, pues Cristian iba en una condición más grave al hospital Rubén Leñero, en la Ciudad de México.
“Me acaban de decir que si va a haber una cirugía, entró la psicóloga, está trabajando con él. Está triste, no quiere saber nada de motos, ya comió… por fin, ya le están suministrando la morfina”, comentó.
Lograron controlar la infección que amenazaba con causar daños graves en la salud de su hijo y contó que aún no está fuera de peligro, pues será intervenido el próximo viernes.
Y aunque la prioridad ahora es la atención médica de Cristian, quien hace apenas seis meses ingresó a esa escuela, pensando ser un mecánico de motos, piensa que tanto el colegio como la Fiscalía del Estado de México, han ignorado el caso, que constituye una grave ofensa que debe ser castigada.
La Fiscalía no dice nada de los chavos, ¿no? Ya para esta hora deberían de tener algo concreto. Y que se haga justicia, ni los conozco ni me conocen. Solo quiero justicia.
Mientras tanto, los turnos para cargar al muñeco preferido de su hijo, se comparten entre la familia y se aferran con fuerza a ese recuerdo que al mismo tiempo es doloroso y que tiene en el hospital al joven que ahora no quiere saber nada de las motocicletas, y antes de regresar nuevamente a esa escuela, preferiría poner una barbería.