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México

Comedor “Esperancita”; el milagro que alimenta con amor a vecinos de la CDMX

Tras la muerte de su hijo, y en agradecimiento al apoyo que obtuvieron durante su estancia en el hospital, un matrimonio busca en las calles gente que alimentar

Publicado el

Por: Iván Macías

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TLALPAN, Ciudad de México.- Fernando y Dalia son una pareja que todos los días recorre las calles de la capital en busca de gente con hambre, que no tiene dinero para comprar comida o que aun teniendo algo, no puede comer.

Caminan por las calles con una charola y cargando a su su bebé que aún no da paso. No piden un peso ni favores a cambio, las sonrisas y bendiciones son su pago, pero pocos saben que la razón por la que lo hacen, forma parte de uno de los momentos mas tristes de su vida, cuando por cuidar a su primer hijo recién nacido en un hospital, dejaron de trabajar y se quedaron sin comer por días.

“Ahí tomamos otra decisión. O le compras lo que necesita tu bebé para que al menos esté acogedor, porque no están sus papás, o comes. No pues el niño”

Dália Dávila 

 

Esa entrega los hizo olvidar por un tiempo su necesidad de ingerir alimentos, quizá el dolor, la soberbia o la desesperación, los hacían rechazar las ofertas de altruistas con comida que llegaban al hospital 4 de ginecología del IMSS ubicado en la alcaldía Álvaro Obregón, un nosocomio del que el pequeño Leonardo, que nació con una cardiopatía, jamás salió.  Sin embargo, un día, ganó el hambre y Dalia decidió aceptar este apoyo que llega a los hospitales cuando la gente más lo necesita.

Nosotros económicamente nunca padecimos no tener qué comer ¿no? Y yo decía que es para gente que no tiene dinero… Y yo le decía a Fer (su esposo), 'es que nosotros no tenemos dinero. Tal vez tenemos una casa, tal vez podemos trabajar. Hay que ir a comer'. Al principio te da pena porque no estas acostumbrado a recibir. Todo el tiempo hemos dado y la primera vez que lo recibí, me acerqué, yo tenia mucha hambre

Dalia Dávila

Ese día, se trató de un alimento invaluable para soportar las difíciles horas que estaban por venir.

Era con tanto amor que me lo daban, que me sabia muy rica la comida. Yo quiero replicar lo que me hicieron sentir cuando más lo necesité. Entonces me abrazaron tan lindo que yo lo regreso de mil formas.

Dalia Dávila

 

Así fue como en 2019 nació la idea de crear “comedores Esperancita”, justo cuando su hijo Leonardo murió en el hospital y cuando hacían una reunión para despedir sus cenizas. Había comida de más en la mesa y ella sabia que debía hacer algo, así que salió a repartir a quien lo necesitaba en un hospital de la capital mexicana.

Nosotros ya veníamos con todo vacío, pero con una sonrisa. El día que me entregaron las cenizas de mi hijo. Yo tenía una sonrisa y mi esposa igual y nos abrazamos y sentimos algo bonito

Dalia Dávila

 Sin darse cuenta, comenzó a preparar comida para otras personas que no eran de su familia, que no vivían con ellos y que nada tenía que ver con sus circunstancias. Salvo una cosa, que tenían hambre y que por eso, quería aliviar esa terrible sensación que miles sienten día con día.

La familia cuenta con una tortillería, en la que comenzó a crear un modelo alimenticio del que se beneficiaban las personas que más lo necesitaban. Así las tortillas que producían en su negocio se convirtieron en “abrazos”.  Una persona puede llegar y pagar por un “abrazo”, que es una cantidad a modo de donación por las tortillas que otros no pueden pagar y quien lo necesita solo las toma y se va.

Pero al sentir que esto no era suficiente y entendiendo que a veces la gente no puede moverse de donde se encuentra y aguantan su hambre, decidió que también podía llevarla hasta el sitio donde se encuentran los más necesitados. 

En u recorrido realizado con POSTA, la familia Dávila alimentó a un cuidador de coches, a un payasito y su hija, un Vigilante y un vendedor. Todos iluminaron su rostro porque sabían que había llegado la comida caliente, limpia, sana y envuelta con una sonrisa.

Siempre abro el refrigerador y yo sé que no me debo olvidar de lo que viví, porque yo he visto que mucha gente se olvida de lo que vivo y del dolor. Y no, para mí esto es un homenaje para mi hijo, que voy a replicar hasta que muera

Dalia Dávila

Además de todo el esfuerzo que implica dar de comer a esa gente y alimentar su alma, también ayudan a que pacientes con necesidad de tratamientos contra el cáncer a través de la recopilación de miles de “tapitas” de plástico, sin esperar pagos ni retribuciones. 

Es que si me dan un pago… su pago son sus sonrisas… imagínate lo que la gente del hospital causó en mi y lo que yo causo en la gente… si yo sigo replicando las lecciones de mi hijo, yo se que estoy cambiando, cambiando mi entorno

Dalia Dávila

 

JR


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