Así recibe Claudia Sheinbaum el Bastón de Mando de los pueblos indígenas
Con este hecho, Sheinbaum se convierte en la primera mujer presidenta en recibir este símbolo de liderazgo.
CIUDAD DE MÉXICO. - Esta tarde, en un momento histórico para el país, Claudia Sheinbaum, tras haber asumido la Presidencia de la República, recibió el bastón de mando de los pueblos indígenas y afrodescendientes de México, acompañada por 113 mujeres representantes de diversas comunidades originarias y afromexicanas. Este evento marca un hito, ya que Sheinbaum se convierte en la primera mujer presidenta en recibir este símbolo de liderazgo, entregado por una representación de los 70 pueblos originarios reconocidos en el país.
El bastón de mando es más que un objeto ceremonial; está impregnado de un profundo simbolismo dentro de las culturas indígenas de México y de otras partes del mundo, especialmente en América Latina. Este instrumento representa no solo la autoridad política, sino también la conexión espiritual con la naturaleza, los ancestros y la sabiduría de las generaciones pasadas. Tradicionalmente, es otorgado a líderes comunitarios y espirituales, como chamanes o jefes, quienes asumen la responsabilidad de guiar a sus pueblos con humildad, justicia y respeto por las tradiciones.
Un símbolo de poder, sabiduría y compromiso
El bastón de mando que recibió Sheinbaum tiene un significado profundo: no solo se legitima su autoridad como líder política del país, sino también su compromiso con la defensa y promoción de los derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes. Este acto se vincula con la responsabilidad espiritual de servir al pueblo de manera justa y sabia. Los materiales con los que se confecciona el bastón, como maderas sagradas y otros elementos simbólicos, representan la unidad con los elementos de la naturaleza y el respeto a los espíritus de los antepasados.
En las culturas originarias, este objeto es un canal para transmitir el conocimiento ancestral y los valores que han guiado a las comunidades a lo largo del tiempo. Recibir el bastón implica no solo un compromiso con los valores de gobernanza, sino también con la protección de la Tierra y de las tradiciones que, a lo largo de los siglos, han mantenido vivas estas comunidades.
🔴 #LoÚltimo | Así fue la llegada de la presidenta #ClaudiaSheinbaum al #Zocalo de la ##CDMX 🇲🇽 para ofrecer un discurso y recibir el Bastón de Mando.
— POSTA CDMX (@POSTACDMX) October 1, 2024
📸.- Ana Francys / Omar Gómez #TomaDeProtesta #CoberturaTotal #SheinbaumPresidenta pic.twitter.com/ds5SJF67Hr
Una ceremonia de respeto y solemnidad
La entrega del bastón de mando fue acompañada de una ceremonia tradicional solemne, marcada por rituales espirituales que invocan a los cuatro puntos cardinales. En un acto cargado de simbolismo, Sheinbaum alzó sus brazos hacia cada uno de los puntos cardinales, con las palmas abiertas, en señal de respeto y conexión con los elementos de la naturaleza. Durante la ceremonia, se realizaron cantos y oraciones en lenguas indígenas, invocando la protección y sabiduría de los ancestros para guiar a la nueva presidenta en su mandato.
Este tipo de ceremonias no solo tienen un valor ritual, sino que refuerzan el lazo entre las autoridades políticas y las comunidades que han estado históricamente marginadas, enviando un mensaje claro: el reconocimiento y respeto a la diversidad cultural y étnica de México es fundamental en este nuevo gobierno.
Ver nota:
Así despide Claudia Sheinbaum a AMLO en su primer mensaje a la Nación
Un paso hacia el futuro con raíces en el pasado
La entrega del bastón de mando a Claudia Sheinbaum simboliza un paso hacia el futuro en el que se reconocen y se respetan las raíces culturales y ancestrales de México. Con este acto, la presidenta asume una gran responsabilidad hacia las comunidades indígenas y afrodescendientes, marcando el inicio de un gobierno que promete estar enraizado en el respeto a las tradiciones, la naturaleza y los derechos de los pueblos originarios.
Así, Sheinbaum continúa haciendo historia, no solo como la primera mujer en ocupar la Presidencia de la República, sino también como la primera en recibir este símbolo ancestral que legitima su liderazgo, tanto en el ámbito político como espiritual, ante los ojos de las comunidades que han sido el corazón de México por generaciones.
