Adiós sueño americano; migrantes en CDMX piensan trabajar o regresar a su país
Migrantes que esperaban su cita para asilo en EE. UU. enfrentan dificultades tras el cierre de la app 'CBP ONE' y ahora consideran trabajar en la CDMX, aunque los albergues están llenos.
CIUDAD DE MÉXICO.- Cientos de migrantes establecidos en improvisados albergues instalados en la CDMX, se sienten atrapados por la realidad ante la suspensión de la aplicación “CBP ONE” de la oficina de aduanas y protección fronteriza.
Mismas que recibían hasta hace unos días sus trámites de asilo para poder ingresar legalmente a los Estados Unidos, cabe señalar que la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, afirmó en días previos estar preparada para brindar a los migrantes el apoyo que requieren
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¿Qué implica este nuevo panorama para los migrantes?
Ese duro revés derrumba los castillos construidos en el aire por todas esas familias que aspiraban tener una vida mejor, que esperaban esa oportunidad de escapar de la persecución y el hambre y que por semanas, meses y años cruzaron varios países para conseguirlo.
Una mujer de origen venezolano que no me dijo su nombre, pero que barría afanosamente un pedazo de tierra junto a las vías, me dijo primero que ser migrante no es sinónimo de ser sucio y ese pedazo de tierra reluciente era su prioridad.
No quería pensar en el cierre de la frontera, ni en las consecuencias que tendrá para ella, su pareja y su hija que están en espera de poder continuar con su camino hacia una vida mejor. Y aunque para muchos migrantes la CDMX represente un refugio, no era el plan original.
“Siempre hay opciones, no precisamente meterse a lo ilegal. Si no se puede, pues regresarnos para la casa”
Richard, es otro migrante que intentaba a diario conseguir una cita en la aplicación que cerró al inicio del mandato de Donald Trump y como no lograba una, se fue directo a la frontera para cruzar a Texas.
Pero sólo estuvo un día en la unión americana y fue deportado hacia Villahermosa, por lo que decidió establecerse en la Ciudad de México y continuar vendiendo ropa en un puesto ambulante a dos calles de Tepito.
Casi toda su familia esta “regada” como él dice, un hermano vive en Ecuador, otro en Perú y él era quien estaba más cerca de cumplir ese sueño de vivir en los Estados Unidos.
Hoy sigue viviendo en la calle, en este campamento, para ahorrar cada peso y en lugar de pagar una renta, mandar dinero a su familia en Venezuela.
“Quiero un mejor futuro, no quiero regresar con las manos vacías”
Lo mismo pasó con Winston Andrade, un albañil calificado en Venezuela y que en México no ha pasado de ser “peón”. Todos los días revisaba su celular con la esperanza de haber sido aceptado su trámite.
Pero eso no ocurrió y admite que no intentará entrar furtivamente a la unión americana, porque es muy peligroso. Piensa quedarse en la ciudad de México y trabajar muy duro como plomero, electricista, albañil o carpintero.
Además de continuar con su emprendimiento que se cocina lentamente por falta de dinero y es que busca una oportunidad vendiendo cocadas comunes, pero de coco natural como asegura y con el sabor venezolano que trae en la sangre
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“Hacer algo de plata para regresar siquiera con alguito”
¿Dónde están viviendo los migrantes que decidieron no seguir hacia Estados Unidos?
POSTA CDMX los visitó en un pequeño campamento ubicado a un lado de las vías del ferrocarril en la colonia Vallejo de la alcaldía Gustavo A. Madero, sus casas hechas de cartón y maderas recicladas cubre los Grafitis de la pared y se sostienen una con la otra.
La luz baja clandestinamente de algún poste y quien sabe cómo tienen internet. Sus puertas dejan ver esta época del año la puesta del sol, que los hace recordar sin remedio a su familia, su país.
Al que quizá pronto regresen sin haber alcanzado su sueño, porque temen además que en las próximas semanas se incremente el número de migrantes que decidan quedarse en la CDMX para sobrevivir.
Otra de las dificultades que enfrentan los migrantes en CDMX es el desalojo y reubicación al que muchas veces se ven forzados por quejas vecinales o espacios inapropiados, como ocurrió hace unos meses en la Plaza Giordano Bruno, en la colonia Juárez.
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