Continúa la distorsión de la realidad

CIUDAD DE MÉXICO.- Hace unos días, en su cuenta de X, Claudia Sheinbaum dio una cátedra de lo que es la distorsión de la realidad con fines propagandísticos.

El 12 de julio la presidenta electa compartió un video en el que mostraba su visita al Tren Suburbano de Buenavista al AIFA (todavía en construcción). Acompañada del presidente Andrés Manuel López Obrador, Claudia aparece en varias tomas muy sonriente saludando a un grupo de personas con cartulinas. La cámara no se acercó a sus letreros, y de esa forma les hizo pasar por gente echándole porras. Esto es falso. En realidad, la gente reunida a las afueras de las vías del tren eran manifestantes, habitantes de Tultitlán. Exigían ayuda del gobierno ante las fuertes inundaciones. Queda comprobado al detenerse a leer sus consignas:

• “Suplicamos apoyo con las inundaciones”
• “Sería un honor ser ayudado por el mejor”
• “Perdí mi casa por las inundaciones en Tultitlán ¡¡Ayuda!!”
• “Las inundaciones afectan nuestras casas y negocios”
• “SOS”
• “Perdí mi negocio por culpa de las inundaciones en Tultitlán”

No encontré un sólo letrero en el video propagandístico de Claudia que no fuera un llamado de auxilio. Hasta tenían una lona que decía “Presidente, Tultitlán está contigo! Apoyanos!”(sic). ¿Por qué esto no es un escándalo? Porque ya nos acostumbramos a que nos mientan en la cara. Finalmente, es lo que hace el presidente todos los días en su conferencia matutina.

Hay una clara división entre lo que vemos, y lo que nos dicen de manera oficial. Como otro ejemplo reciente, recordemos a las 11 personas desmembradas que la prensa local reportó que aparecieron el domingo 7 en Acapulco. Las cifras oficiales de homicidios presentadas por el Secretariado de Seguridad negaban su existencia. El sábado 6 en todo Guerrero (no sólo Acapulco) reportaron 6 homicidios; el domingo 7 registraron 0; y el lunes 8, nuevamente 0. Quizás así podemos explicar esa famosa tendencia a la baja que tanto presumen.

Cuestionar la distorsión de la realidad es nuestra responsabilidad como periodistas. Eso no nos hace “anti-4T” ni “chayoteros”, sino congruentes.

Ver nota:
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