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¿Sabías que hay 12 tipos de Pan de Muerto? Aquí te decimos cuáles y de dónde son

Si eres de los que solo conoce el Pan de Muerto clásico, con su forma redonda y 'huesitos' en la parte superior, te falta mucho por descubrir.

Por: Marco Delgadillo

CIUDAD DE MÉXICO. - Por fin llegó octubre y con él, una de las tradiciones más esperadas: el Día de Muertos. Además de los altares y las ofrendas, hay algo que resalta y nos saca una sonrisa desde el primer mordisco: el Pan de Muerto, ese pan suavecito, dulce y espolvoreado de azúcar que todos esperamos cada año.

Pero, ¿sabías que existen más de 12 tipos diferentes de Pan de Muerto en México? Sí, en cada rincón del país, el pan de muerto tiene una personalidad única, con sabores y colores que representan las tradiciones locales.  


¿Cuáles son los diferentes tipos de pan de Muerto?

Así que, si eres de los que solo conoce el Pan de Muerto clásico, con su forma redonda y “huesitos” en la parte superior, te falta mucho por descubrir. Hoy te contamos más sobre algunas de las variedades más curiosas y deliciosas de este pan que rinde homenaje a nuestros seres queridos.

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Desde Sinaloa llega el “pan de muerto negro,” una versión que llama la atención por su color oscuro, que proviene de la ceniza de totomoxtle (hojas secas de maíz) espolvoreada en el pan. Este toque le da un aspecto misterioso, digno de cualquier ofrenda sinaloense.


Este es el pan que todos conocemos, el clásico de Aguascalientes. Se dice que nació como una representación de los sacrificios que los españoles presenciaron en tierras mexicas. Originalmente era rojo, simbolizando la sangre y el corazón de los caídos.

En el Valle del Mezquital, las “pelucas” se roban el show. Son panes ovalados, lisos y en tonos rojos o con colores vibrantes. Su masa es menos dulce, pues no lleva el azúcar espolvoreado que muchos asocian al pan de muerto. Si te gusta algo menos empalagoso, este es tu pan ideal.

Originario de Acámbaro, este pan tiene una forma humana que parece un “fantasma” cubierto de glaseado blanco y decorado con azúcar roja, dando un efecto fantasmagórico que le hace justicia a su nombre.

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Este tipo es único en la Huasteca veracruzana, donde el “Pan de Juguete” es una tradición que se lleva a cabo durante el Xantolo. Colorido y festivo, es un pan que decora y endulza las ofrendas.


En Michoacán, el Pan de Ofrenda resalta por su color rosado. Este pan no solo es bonito, sino que tiene un sabor dulce perfecto para acompañar con una taza de chocolate.

Las despeinadas son unas rosquitas de Mixquic, CDMX, decoradas con azúcar de colores y ajonjolí. Estas roscas también llevan mariposas amarillas de papel, simbolizando a las almas de los niños.

Crujiente como una galleta, la encaladilla es un tipo de pan de muerto cubierto con nata de leche, que le da una textura glaseada y un sabor especial. Algunas versiones modernas incluyen chocolate, y otras más tradicionales llevan toques de azúcar roja.

Este pan, decorado con azúcar rosa y atravesado por caña de azúcar, recuerda al tzompantli prehispánico. Los golletes, más que un simple pan, son un símbolo cultural.

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También llamado “pata de mula,” este pan tiene una consistencia ligera y un toque salado. Aunque sencillo, es perfecto para acompañarse de otros dulces como el camote o la calabaza.

En Guerrero, el Pan de Muñeco tiene forma de figura humana y es decorado con colores vivos. Esta representación simboliza el regreso de los seres queridos y su conexión con el mundo de los vivos.

Popular en Oaxaca, el pan de yema es esponjoso y tiene un sabor menos dulce, lo que lo convierte en el compañero ideal de un chocolate caliente.

¡Y podríamos seguir! Los chilangos están disfrutando versiones rellenas de café, crema de avellana, e incluso de mezcal o tequila. ¿Quién diría que el “pan de muerto” sería tan versátil?

 

¿Cuál es el origen del Pan de Muerto?

El Pan de Muerto tiene raíces en las tradiciones prehispánicas. Se dice que los pueblos indígenas preparaban una especie de pan de amaranto que coloreaban con sangre en honor a sus muertos.

Con la llegada de los españoles, se integraron ingredientes como el trigo, el azúcar y el huevo, transformando este pan en lo que conocemos hoy en día. Los “huesitos” y el círculo superior simbolizan la vida y la muerte, mientras que el anís, un ingrediente muy usado, recuerda el aroma del incienso de antaño.


En la Ciudad de México, la llegada del Pan de Muerto es una fiesta en sí misma. Desde las panaderías tradicionales hasta las cafeterías más “hipsters,” todos le ponen su toque especial a este pan. Al final, es más que un simple pan: es una forma de celebrar la vida y recordar a quienes ya no están.

Así que, chilangos, este octubre y noviembre láncense a probar todas las variedades de Pan de Muerto. ¡Es el pretexto perfecto para compartir, recordar y disfrutar el sabor de esta deliciosa tradición!

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