¿Vacas de mascota y sopa de perro?
EN OTRAS PALABRAS
CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando Corea del Sur anunció que prohibirían la carne de perro, muchas cosas vinieron a mi mente. ¿Cómo? ¿Era legal? Y… ¿Cómo era legal? Comer perro está relativamente normalizado dentro de la cultura surcoreana por un platillo llamado bosintang o gaejangguk, en otras palabras: sopa de perro.
Según su último censo en 2023, Corea del Sur tenía 1,600 restaurantes que servían el platillo y al menos 1,500 criaderos de perros con fines de consumo. La prohibición no entrará en vigor hasta 2027 para permitirle a las personas que viven del negocio encontrar otro sustento. Aun así, no han faltado los reclamos de quienes dependen económicamente de esta actividad, y de aquellos que tienen esta tradición arraigada.
Una pregunta escuchada en las protestas ha sido:
¿Por qué prohíben comer perro pero no vaca?
El cuestionamiento podría sonar absurdo, pero me parece legítimo. ¿Importan menos los sentimientos y el dolor de las vacas que de los perros? Me lo pregunto como una hipócrita: no soy vegana. Tal pareciera que solo respetamos a los canes porque convivimos con ellos, pero si los perros fueran del tamaño de las vacas y viceversa, quizás tendríamos vacas mascota y bisteces de can.
Mi hipótesis no es descabellada. Esto ya sucede con los cerdos. Si son pequeños, son tiernos y hay que adoptarlos. Si son grandes, no merecen simpatía y terminan en nuestro tracto digestivo.