Se desnudan de prejuicios para concientizar sobre el uso de la bicicleta
Casi 500 ciclistas recorrieron las calles del centro de la CDMX en protesta por los constantes accidentes que sufren sobre las dos ruedas
CIUDAD DE MÉXICO.- Con más de 29 centígrados a la sombra, cerca de 500 ciclistas y otras personas en patines y scooters, recorrieron varias calles y avenidas del centro y poniente de la Ciudad de México, despojados además de prejuicios pues lo hicieron completamente desnudos.
Y este es un llamado social de ciudadano a ciudadano para hacer conciencia sobre el ciclista y sobre todo en nuestro caso, el ciclista urbano
“A calzón quitado” como se dice coloquialmente , reconocieron el difícil panorama que enfrentan los ciclistas, ya que hay una alta mortalidad en su sector derivado de los accidentes que ocurren diariamente en la ciudad.
Independientemente de lo de la vestimenta tenemos que tener en cuenta que un accidente de tránsito a 20 kilómetros por hora puede ser fatal
Los ciclistas partieron del monumento a la revolución tomaron Paseo de la Reforma, avenida Juárez, 5 de Mayo y Bolívar hasta llegar a los Arcos de Belén y de ahí siguieron hasta Florencia, por donde se dirigieron nuevamente a Reforma y rodearon Polanco, en un circuito que los trajo de regreso hacia el monumento a la revolución.
Sin duda muchas personas que vieron a este grupo movilizarse por la calle de esta singular manera, fueron sorprendidos y no pocos decidieron tomar con sus teléfonos algunas fotografías para inmortalizar el paso de este contingente, que dicho sea de paso, soportó las altas temperaturas en medio de una ola de calor en la que las autoridades advertíeron, que no era lo mejor exponerse a la radiación tal y como lo hicieron los manifestantes.
La policía de la Ciudad de México hizo los cortes a la circulación para permitir el paso del contingente, el que después del extenuante recorrido regresó sin novedades y con varias quemaduras en el cuerpo por la asoleada sabatina, al Monumento a la Revolución, donde curiosamente todos volvieron a vestirse y regresaron a su vida normal usando la ropa que por poco más de dos horas les estorbaba para hacer su manifestación.