El beso de la final... 'En Otras Palabras' con Sofía Otero

CIUDAD DE MÉXICO.- Más se está hablando del beso que le plantó Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) a la jugadora Jennifer Hermoso, que de la propia victoria de las españolas en la Copa Mundial. Lo que ha trascendido tras la agresión sexual televisada ante millones de espectadores, es un verdadero caso de estudio. Esta situación expusó el abuso de una dinámica de poder, la justificación sin fundamentos, la revictimización y ejemplificó el pacto patriarcal... desglosamos.

España venció a Inglaterra en la final celebrada el pasado domingo 20 de agosto, así, las jugadoras consiguieron por primera vez, llevarse la copa, en la ceremonia de premiación, frente a más de 88 mil asistentes y 1,500 millones de personas visualizando en sus hogares, Rubiales tomó a Jennifer por la cabeza con ambas manos y la besó en la boca.

Poco después se difundió un video de las jugadoras en los vestidores, “No me ha gustado, eh”, dijo Jenni a sus compañeras sobre lo ocurrido, en el 'en vivo' ella aparece en modo de festejo, sonriente, bebiendo, lo que ha sido usado por machistas como supuesta prueba que en realidad, no se sintió agredida. Habían pasado escasos minutos desde que fue humillada ante los ojos del mundo, como ya lo ha confirmado, estaba en shock y al mismo tiempo acababa de cumplir el mayor sueño de su carrera. Que quede claro que no existe un parametro conciso de cómo debe reaccionar una víctima de agresión sexual.

Pasaron los días y ante la sorpresa internacional, el presidente seguía sin presentar su renuncia, por su parte, Jennifer permaneció en silencio hasta este viernes 25 de agosto, las declaraciones de Rubiales la obligaron a emitir un comunicado para defenderse. En una asamblea extraordinaria, el hombre hizo lo siguiente: 

1. Se victimizó. Dijo que es él quien sufre un “asesinato social”.
2. Le echó la culpa a la verdadera víctima. “Ella fue la que me subió en brazos y me acercó a su cuerpo”, aseguró.
3. Minimizó los hechos. Declaró que no hubo deseo de por medio, e incluso comparó el beso con el que le daría a una de sus hijas. Además sostuvo que fue “más un pico', como si eso le restara importancia.
4. Desestimó los reclamos. Dijo que las críticas difundidas en medios son parte de un “falso feminismo”. Aparentemente Rubiales es un feministómetro.
5. Afirmó tener el consentimiento de Jennifer. Narró una supuesta conversación que tuvieron momentos antes del beso. A continuación presento su transcripción.

Rubiales: Olvídate del penalti. Has estado fantástica, sin ti no hubiéramos ganado este mundial.
Hermoso: Eres un crack.
Rubiales: ¿Un piquito?
Hermoso: Vale.

Para colmo, la asamblea nos regaló la viva imagen del pacto patriarcal. La decisión de Rubiales de no dejar el cargo fue recibida con aplausos del público. Rápidamente surgieron reacciones. Iker Castillas escribió “Vergüenza ajena”; David de Gea publicó “Me sangran los oídos”, junto al emoji de una carpa de circo y Borja Iglesias anunció que dejaría la selección “hasta que las cosas cambien y este tipo de actos no queden impunes”.

Jugadoras de la liga mexicana, en donde juega Jennifer, como el Pachuca y futbolistas en Estados Unidos, usaron bandas en las muñecas con el mensaje “Contigo Jenni”. Las 23 campeonas del mundo emitieron un comunicado, en el que informaron que no jugarán con la camiseta de España hasta que Rubiales sea removido del cargo.

Tras las declaraciones del presidente, Jennifer publicó su lado de la historia dónde dijo que rompió el silencio porque se sintió “obligada a denunciar” que las palabras de Rubiales son “categóricamente falsas”.

Dejó claro que se sintió “vulnerable y víctima de una agresión”, además, insistió que la conversación narrada por el presidente no ocurrió, el video de la ceremonia de premiación la respalda, en él se alcanza a ver que Rubiales le dice algo de forma muy breve y no se detecta el intercambio verbal descrito por el acusado.

Para hacer un análisis, supongamos que esta conversación sí ocurrió, incluso bajo este hipotético, el beso habría sido extremadamente criticable e incorrecto. ¿Bajo qué circunstancia estaría bien que un jefe pidiera besar a una empleada, en clara posición de subordinación? La RFEF respondió y en su sitio web publicó que presentará “cuantas acciones legales correspondan” para defender “la honorabilidad” del presidente, el comunicado además sostiene que los hechos contados por Rubiales son “absolutamente ciertos”, en consecuencia llamando a Jennifer una mentirosa.

En su pronunciamiento, la jugadora también presentó dos fuertes acusaciones: que la RFEF la ha presionado a ella y su familia, amigos y compañeras, para que emita una declaración en defensa del presidente y que esta clase de acciones no son nuevas dentro de la federación.

Aseguró que hay “una larga lista de situaciones que las jugadoras” han “venido denunciando” y que su caso sólo fue la gota que colmó el vaso, dijo que el mundo pudo ver las actitudes que han sido parte del “día a día de la selección durante años”.

Yo le creo, por algo Rubiales se sintió en la comodidad de besar públicamente a Jennifer, al lado de la reina Letizia y la infanta Sofía, a mi parecer, podría ser evidencia que está acostumbrado a este tipo de comportamientos, si se sintió en confianza suficiente para hacer algo así ante millones de ojos, sólo puedo imaginarme lo que sucede cuando las cámaras no están grabando.