Sesgos ideológicos en tiempos electorales

CIUDAD DE MÉXICO. - Hace 71 años que las mujeres pueden votar en México y hoy por primera vez tenemos una presidenta. Sin embargo, hay algo que podemos reflexionar sobre la jornada electoral que creo podría servirnos a futuro. Durante todo este periodo electoral en las diferentes plataformas hubo, con tono paternalista, diferentes posicionamientos y llamados al voto desde un lugar plagado de desinformación, ideas fantasiosas, encuestas sin rigor metodológico, miedos irracionales y hasta teorías conspiranoicas que nos resuenan a posverdad.

La posverdad es un concepto que sirve para señalar un fenómeno en el cual parece que nos importa más que aquello que se dice, haga click, embone, con lo que pienso y siento, más allá de que sea verdad o no. Y esto debería de preocuparnos porque significa una renuncia a aquello que Aristóteles nos decía en el principio de la Metafísica: que el ser humano tiene por naturaleza el deseo de saber, ¿En qué momento preferimos una renuncia a la verdad con tal de aferrarnos a ideas que nos hacen sentir complacidos?

Y es que tendría que preocuparnos que las redes sociales e internet, con la basta información que pueda albergar, se convierta más en un repositorio de ideas que confirmen nuestros sesgos en vez de alentarnos a buscar errores, argumentos lógicos y críticas racionales. Y también debería de preocuparnos que no podamos darnos la tarea de realizar investigaciones sin que nuestros temores afecten nuestras conclusiones.

Todos esos mensajes y llamados al voto que vimos las durante todas las últimas semanas de pronto parecían apuntar hacia una afinidad generalizada, pero el problema es que las redes sociales funcionan con base en algoritmos que potencian conversaciones y temas, sin que necesariamente esto sea la realidad o los intereses colectivos. Y si no entendemos esto, estamos perdiendo una discusión por default.

La realidad de nuestro país es más compleja que las quejas de personas privilegiadas y hay que entenderlo. El algoritmo de lo igual es una casa de los espejos que nos puede cegar. Y al final la realidad se va a presentar coincida o no con nuestros sesgos.

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