El último viaje... con boleto magnético: El fin de una era en el Metro de CDMX
Algunos por necesidad y otros más por nostalgia o incluso para incrementar su colección privada, fue así que compraron la última edición de boletos magnéticos del Metro.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Fabricio pensó que no llegaba a tiempo para comprar varios boletos de la última edición que serán utilizados en el metro y que marcan el fin de su uso para acceder al servicio, ya que en cuanto se termine de vender este boleto solo podrá utilizarse la tarjeta de movilidad integrada.
Son cosas físicas con las que yo crecí con ellas y que valoro.
Él comenzó a guardar cuidadosamente boletos de diferentes épocas, no tiene una colección completa, pero considera que la suya tiene un sentido emotivo y además busca que los boletos sean extraños en la numeración porque podrían tener un mayor valor en caso de venderse.
Tengo una colección y al final creo que es interesante preservarla, de hecho no tenía mucho efectivo y tuve que ir a sacar dinero para comprar ahorita.
Javier comenzó a usar el metro en la década de los 80 y también utilizaba, cuando había dinero, el abono de transporte. Esto le permitía tener mayor libertad en el uso de estos vehículos y ahora considera que es una pérdida, que a pesar de ser necesaria, también obedece a una mejor utilización de los recursos.
Ya es el último, se acabó el fin de una era, hasta ahí llegó.
Allan fue el encargado de cumplir con el deseo de alguien muy querido para él, ya que su abuela le pidió que le comprara varios de estos boletos que son emblemáticos para los usuarios de este sistema de transporte que tiene décadas en funcionamiento. Pero su abuela vive en Morelos y hoy que iría a visitarla no dudo en llevarle lo que seguramente será un agradable regalo.
Un poco de nostalgia, pero creo que es un cambio muy práctico, pero en realidad me los pidió mi abuela.
Y no se trata de comprar decenas de estos boletos, para muchos comprar uno o varios constituye un momento emocional en el que se le da el cierre a una etapa que evoca a un México que se movía de una forma distinta en la llamada limosina naranja, qué hoy solamente seguirá utilizando en las líneas 2 y 3 este medio de pago.
Las autoridades en la ciudad de México informaron que una vez que se termine la venta de este tipo de boletos no se reimprimirá ninguno más y con ello se dará paso al pago exclusivo con la tarjeta de movilidad integrada que no todos ven con muy buenos ojos, como Imelda, quien piensa que para los ancianos será más difícil usarla.
Está bien la tarjeta, pero mucha gente como es de la tercera edad, pues no, no la sabe usar.
Otros, como Margarito, han vivido y crecido con este sistema de transporte característico de los chilangos y piensa que en su oportunidad podrá enseñarle estos bonitos a sus nietos como un objeto preciado que quizás no entiendan en su momento, pero que para él era la llave de acceso a viajes interminables que transportaban a la gente todos lados de la ciudad con un bajo costo.
Es para enseñarle a mis nietos para que sepan quién es entonces cómo se manejaba el metro con puro boleto y ahora con pura tarjeta.
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