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Disputa en el MUAC: Todo sobre la obra que revictimiza a trabajadoras sexuales

Las activistas que se manifestaron en el MUAC argumentaron que la obra de Ana Gallardo refuerza estereotipos negativos y estigmatiza a las trabajadoras sexuales.

Por: Marco Delgadillo

CIUDAD DE MÉXICO. - Este domingo por la tarde, un grupo de activistas y trabajadoras sexuales se manifestaron en las afueras del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), en la Ciudad de México, para expresar su indignación ante la obra 'Extracto para un fracasado proyecto' de la artista argentina Ana Gallardo.

La protesta, que incluyó pintas y consignas en contra de la exposición, fue impulsada por la denuncia de que la obra revictimiza y violenta a las trabajadoras sexuales, en particular a las habitantes de Casa Xochiquetzal, un refugio para mujeres que en su mayoría ejercieron trabajo sexual y ahora enfrentan condiciones de vulnerabilidad social.

 

¿Qué está pasando en el MUAC?

La controversia gira en torno a la exposición de Gallardo, titulada Tembló acá un delirio, que incluye el proyecto mencionado. Esta obra aborda la experiencia de las mujeres de la tercera edad que se encuentran en Casa Xochiquetzal, en su mayoría extrabajadoras sexuales.

La artista declara haber realizado una residencia en este albergue, donde convivió con las mujeres para documentar sus vivencias. Sin embargo, la ONG que gestiona Casa Xochiquetzal ha acusado a Gallardo de faltar a la verdad en su relato, revictimizando a las mujeres al usar términos despectivos como “viejas putas” y “prostitutas” en la exposición, términos que son dolorosos para ellas debido a la estigmatización que han enfrentado a lo largo de sus vidas.

En una carta pública, la organización desmintió la versión de Gallardo sobre su estancia en el refugio. Según la ONG, la artista solo visitó el lugar en una ocasión y grabó sin el consentimiento de una de las residentes, Estela, quien falleció poco después. Además, la organización denunció que la artista utilizó fondos públicos para realizar una obra que consideran violenta y despectiva hacia las mujeres que habitan la Casa.

 

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¿Por qué activistas protestaron fuera del MUAC?

Las activistas que se manifestaron en el MUAC argumentaron que la obra de Gallardo no solo es ofensiva, sino que también refuerza estereotipos negativos y estigmatiza a las trabajadoras sexuales, particularmente a las mujeres mayores, quienes ya enfrentan una doble exclusión: por su profesión y por su edad.

'Estamos resistiendo día a día porque no hay apoyo de la sociedad civil', afirmó una de las manifestantes, quien destacó la hipocresía de los proyectos artísticos que dicen visibilizar sus vivencias, pero que no aportan apoyo tangible a los refugios como Casa Xochiquetzal.

Este tipo de proyectos, argumentan las defensoras, no solo no brindan ningún tipo de ayuda o retribución económica a las mujeres, sino que además capitalizan sus historias y sufrimientos para beneficio de las instituciones culturales y los artistas involucrados.

El extractivismo cultural es uno de los principales puntos de crítica, ya que las activistas señalan que el arte no debería utilizar a las personas vulnerables como 'materia prima' sin considerar las consecuencias emocionales, sociales y económicas para ellas.

 

¿Por qué la obra revictimiza a las mujeres mayores?

El concepto de revictimización es clave en este debate. Las trabajadoras sexuales y activistas argumentan que las mujeres que han vivido situaciones de explotación o exclusión social no deberían ser utilizadas como objetos de análisis artístico sin su consentimiento pleno, ni mucho menos en términos que perpetúan los insultos y el estigma social que han sufrido.

Las palabras utilizadas en la obra de Gallardo son vistas como insultos misóginos que, lejos de ofrecer una crítica o reflexión social constructiva, profundizan las heridas y la marginalización de estas mujeres.

La crítica a la exposición también resalta el problema del extractivismo cultural, donde artistas y académicos se acercan a comunidades vulnerables para extraer de ellas sus historias, sufrimientos o traumas, sin ofrecer nada a cambio a esas personas o colectivos.

Las activistas enfatizaron que, aunque la exposición podría tener la intención de visibilizar a las mujeres de Casa Xochiquetzal, termina explotándolas simbólicamente, ya que la única parte beneficiada económicamente y en términos de reconocimiento artístico es la propia artista, y no las mujeres retratadas en la obra.

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¿Qué ha dicho el MUAC respecto a la obra?

Ante la creciente presión y las críticas recibidas, el MUAC emitió un comunicado en el que explicó su decisión de exhibir la obra de Ana Gallardo, argumentando que la pieza busca reflexionar sobre los límites del arte para abordar temas complejos.

El museo expresó su solidaridad con las poblaciones vulnerables y subrayó su compromiso con la libertad de expresión, señalando que se han establecido canales de diálogo con Casa Xochiquetzal para intercambiar posturas.

Sin embargo, la respuesta del museo ha sido vista como insuficiente por parte de las activistas, quienes exigen una reparación del daño a las mujeres afectadas y una reflexión más profunda sobre cómo las instituciones culturales deben abordar estos temas.

También hicieron un llamado a la sociedad civil para que apoye directamente a los refugios como Casa Xochiquetzal, en lugar de quedarse en la mera contemplación artística de sus problemáticas.

 

¿Por qué no se debe revictimizar a las mujeres?

El caso de esta exposición ha generado un debate sobre la responsabilidad de los artistas e instituciones culturales al tratar temas delicados que involucran a personas en situaciones de vulnerabilidad.

La revictimización no solo reproduce el trauma, sino que puede profundizar la exclusión social de personas que ya han sido marginadas. En este contexto, es fundamental que los proyectos artísticos que se acerquen a poblaciones vulnerables lo hagan desde una perspectiva ética, respetuosa y que no perpetúe estigmas, sino que busque contribuir a su bienestar.

El arte tiene el poder de transformar realidades y generar conciencia, pero cuando cruza la línea hacia la explotación de las experiencias ajenas, es necesario hacer una pausa y reflexionar. Las trabajadoras sexuales que protestaron frente al MUAC no solo defienden su derecho a ser tratadas con dignidad, sino que también lanzan un llamado urgente a reconsiderar cómo abordamos, representamos y narramos las historias de aquellos sectores más vulnerables de la sociedad.

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