Problemas de columna

La competencia internacional.

DURANGO, Durango.- Anoche tuve un sueño algo extraño, estaba intentando subir un monte, como el Everest pero más verde y menos alto, y cada paso que daba a la cima sentía más temor y miraba abajo buscando auxilio.

Motivado por la sensación más humana de seguir subiendo pese al temor, creo que mi sueño me habla de una motivación que he encontrado desde que inició un evento mundial el pasado 26 de julio.

Me llama competir, pero me conmueve más ver a los que compiten lograr triunfar y preguntarme qué sentimiento tendrán y como habrá sido su esfuerzo para llegar ahí. Los Juegos Olímpicos en general me gustan, pero desde que se incluyó el skateboarding como disciplina olímpica me parecen cada vez más inclusivos y atractivos para otras generaciones.

Soy de México, de una nación que no está acostumbrada a obtener muchas medallas a través de sus atletas que logran clasificar a la justa, en este caso París 2024. Por eso considero que para un mexicano el ganar en los juegos olímpicos es algo más allá de lo extraordinario, impensable para nuestro pueblo e increíble para quien lo logra, nuestros medallistas nunca se olvidan porque son un grupo raro y único entre millones.

Estoy motivado, impresionado y claro en la idea de la impresión que me provocan los logros que puede obtener un ser humano en el área deportiva y los récords que se rompen generación tras generación. Lo más importante es el reconocimiento al logro humano, de un hermano, de una familia que está detrás de sus triunfos y todo un país.

Tal vez no llegue a ser el mejor skate, futbolista, corredor o comunicador del planeta. Pero sin duda cada logro es mi Juego Olímpico y si empezamos a celebrar cada pequeño triunfo como si fuera una medalla de oro, tal vez pronto estemos ahí en el podio mundial.

“No te puedes poner ningún límite, no hay nada imposible” – Usain Bolt.