Proceso de elaboración del pulque ahora es patrimonio cultural de la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO.- El Proceso de elaboración del pulque ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Ciudad de México. Este reconocimiento no solo busca destacar la importancia histórica del pulque, una bebida que ha sido parte esencial de la cultura mesoamericana durante más de 2 mil 500 años, sino también el valor que su proceso de elaboración tiene en las comunidades que lo practican. A lo largo de generaciones, estos conocimientos han pasado de mano en mano, preservando una tradición que sigue viva hasta nuestros días.

El pulque conocido como la “bebida de los dioses” por las culturas prehispánicas, y solo personas como sacerdotes, guerreros y nobles tenían acceso a su consumo en ceremonias religiosas. Hoy en día, esta bebida sigue siendo parte de la vida diaria de comunidades en la Ciudad de México, en donde el proceso de elaboración se sigue realizando de manera artesanal, preservando técnicas que han resistido el paso del tiempo.

 

Protección de una tradición milenaria

La declaratoria de Patrimonio Cultural no solo implica un reconocimiento, sino también una serie de acciones para proteger y difundir esta tradición. La Secretaría de Cultura de la Ciudad de México será responsable de implementar un Plan de Salvaguardia, que incluye medidas específicas para mantener viva la elaboración del pulque.

Entre las acciones destacan la notificación formal a Emilio Manuel Valdovinos Nava, representante del Colectivo MAPPUL, quien promovió esta iniciativa. Además, se le entregarán detalles sobre los beneficios y responsabilidades en materia de protección cultural, y se mantendrá la tradición en el Plataforma Digital del Patrimonio Cultural.

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El proceso artesanal del pulque

El arte de hacer pulque no es solo un trabajo, es un legado. Todo comienza con el maguey, una planta que requiere de varios meses de reposo antes de poder ser 'raspada' para extraer su aguamiel, que es el líquido base para la fermentación del pulque. Los tlachiqueros, quienes son los encargados de este proceso, utilizan herramientas tradicionales como el acocote para extraer el aguamiel, que luego es almacenado en tinacales, donde ocurre la fermentación.

Raspa y extracción del aguamiel 

El proceso de elaboración del pulque no es únicamente técnico, también involucra rituales y prácticas que conectan a las comunidades con la naturaleza y su entorno. El maguey, planta esencial para la producción del pulque, es visto como un recurso sagrado, y su cuidado implica una relación espiritual con la tierra.

 

Pulque: patrimonio vivo en las alcaldías de la Ciudad

Actualmente, varias comunidades en la Ciudad de México siguen produciendo pulque de manera artesanal. En alcaldías como Álvaro Obregón, Iztapalapa, Milpa Alta y Xochimilco, entre otras, los habitantes continúan preservando los conocimientos ancestrales y los rituales que rodean a esta bebida. La declaratoria como Patrimonio Cultural Inmaterial es un reconocimiento no solo a la bebida, sino a las personas que, con su dedicación, han mantenido viva esta tradición.

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