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La ciencia detrás del amor según la UNAM

El Dr. Camacho-Arroyo expone las transformaciones fisiológicas durante el enamoramiento como cambios en la producción de hormonas.

Por: Laura Ávila

CIUDAD DE MÉXICO.- En este Día del Amor y la Amistad, el Doctor Ignacio Camacho-Arroyo, investigador de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nos sumerge en un viaje hacia las bases biológicas de este fenómeno universal.

Para el Dr. Camacho-Arroyo, el amor no es simplemente un capricho emocional, sino un complejo conjunto de sensaciones, conductas y procesos fisiológicos que danzan entre nuestro cerebro y nuestras glándulas productoras de hormonas.

 

El amor desde la biología

El investigador menciona dos categorías biológicas fundamentales: el amor romántico y el amor filial,  mejor conocido como maternal o paternal. Ambos, desempeñan roles cruciales en la supervivencia de nuestra especie, asegurando la perpetuación y el cuidado adecuado de las 'crías'.

En la fase inicial del enamoramiento, el Dr. Camacho-Arroyo señala cambios fisiológicos notables: un aumento en los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y ajustes en la producción de testosterona en hombres y mujeres. Aunque generan estados moderados de ansiedad, estos cambios, subraya el investigador, son beneficiosos a corto plazo, manteniendo a las personas alerta y optimistas.



Las hormonas del amor

De acuerdo con Camacho, la trama biológica del amor incluye una red compleja de sustancias químicas, sin una 'molécula del amor' definida como tal. Sin embargo, hormonas como la vasopresina y la oxitocina, neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, y opiáceos endógenos como las endorfinas y las encefalinas, desempeñan un papel crucial en las emociones vinculadas al amor.

Aunque se ha avanzado en la comprensión de estos procesos, aún no existen 'pociones mágicas' para manipularlos. Camacho advierte sobre los posibles efectos colaterales de una intervención descontrolada en estas complejas interacciones.

En conclusión, el amor se presenta como un espectáculo biológico intrigante, una danza de hormonas, neurotransmisores y opiáceos endógenos, todos entrelazados para garantizar la continuidad y supervivencia de nuestra especie. 

  

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