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'Cómo la voy a dejar morir': Confesión de mujer policía que salvó a una bebé

Pocas veces observamos llorar a un Policía, pero en esta ocasión el llanto de la mujer Policía, Yazel, es producto de su incansable, lucha contra la muerte que casi le arrebata la vida a una bebé.

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Por: Iván Macías

CIUDAD DE MÉXICO. - sus ojos parecen un mar que está a punto de desbordar, pero se contiene con esa entereza y modestia que pocas veces he visto en un Policía, y es que Yazel Bahena Lucio por arrancar de la muerte a una bebé que dejó de respirar y su madre pidió ayuda a la uniformada en su puesto de servicio a la entrada de la estación del Metro Merced en la línea uno.

La policía con casi cuatro años de servicio, reconoce que es la primera vez que le toca afrontar un hecho tan importante, pero que aprovechó toda la experiencia que recibió de la policía, y algo que no todos tienen, y es su instinto maternal para luchar con toda su fuerza para salvar a la bebé de seis meses de edad, quien había dejado de respirar y su madre desesperada, le pidió ayuda.

Lo único qué hace la señora, entregármela, la tomo en mis manos y me doy cuenta de que la niña está totalmente morada.

Yazel Bahena, 

Policía.

Pasaron los minutos, 15 en total, que para ella fue una eternidad en la que estuvo estimulando y dando masaje a la bebé, quien ya estaba morada y gélida. Pero en un momento decidió darle respiración de boca a boca, con lo que la recién nacida comenzó a respirar y milagrosamente recuperar la conciencia.


Para ese, entonces ya habían pedido auxilio a una ambulancia, que se aproximaba en llegar, pero Yazel había hecho ya posible, lo imposible, y la niña casi volvió a nacer literalmente. Fueron momentos en los que también la duda la invadió, porque por mucho tiempo la bebé no reaccionaba.

Una flema fue lo que le obstruyó la respiración, esa flema fue lo que le ocasionó que dejara de respirar.

Yazel Bahena, 

Policía.

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Una vez que comenzó a llorar la menor de edad, Yazel pidió que le informaran a la madre que estaba recuperando la conciencia, para que pudiera estar tranquila. Porque no olvida que la mujer quien iba con otros dos niños estaba al borde de la locura.

Esa experiencia, sin duda marcó un antes y un después en la vida de la uniformada, quien apenas terminó su turno, se dirigió a su casa y tuvo la fortuna de ser abrazada por su hija de seis años de edad, apenas abriendo la puerta, y confiesa que, mientras trataba de salvar a la pequeña, de quien no recuerda el nombre, siempre estuvo pensando en su hija, y en luchar por ella, en no dejarla morir.

Por supuesto que me pasó por la mente mi hija, dije en esa situación como voy a hacerlo, cómo voy a dejar morir a la niña.

Yazel Bahena, 

Policía.